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Y prosigue la obsesión y las perlas lingüísticas de doña Mojón. Así, no es de extrañar la letra de la canción de Ladilla rusa: encarni encarnae.
Vamos, el "huracán encarni" o los desajustes mentales de una amargada.
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Y prosigue la obsesión y las perlas lingüísticas de doña Mojón. Así, no es de extrañar la letra de la canción de Ladilla rusa: encarni encarnae.
Vamos, el "huracán encarni" o los desajustes mentales de una amargada.
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